«Todo empezó con el rojo-teja. Empezamos perdiendo esa batalla y terminamos perdiendo la guerra cuando dimos por bueno el turquesa cuando es azul». Así habla Francisco Latinte, uno de los participantes en el estudio sobre los colores del Instituto Nacional de Estadística. «Rojo, verde y amarillo son colores. Burdeos, manzana y ámbar son un vino, una fruta y una resina», añade otro de los participantes, confundido.

El resultado del estudio indica que tres de cada cuatro hombres no distingue los tipos de rojo: «los ven iguales». El cuarto los distingue «con dificultad» pero «por nombres no pero me lío».

«Con el marrón hemos detectado las mayores dificultades», señala uno de los profesores responsables del estudio. «Sospechamos que a veces son las novias que les quieren liar». Para demostrarlo han mostrado el mismo color a doce mujeres y han declarado ver doce tonalidades distintas: bronce, café, canela, caoba, caqui, caramelo, castaño, chocolate, cobre, madera, ocre y pardo. «Pues era el típico marrón de las pinturas Alpino, de toda la vida», confiesan los investigadores.

Cuestión de matices

Los únicos matices que los hombres distinguen con facilidad son el claro y el oscuro de cada color. «Azul claro y azul oscuro; verde claro y oscuro; y así… eso lo distinguen sin problema», concluye el estudio.

Albaricoque, ámbar, añil, argén, beis, caqui, celeste, cian, coral, crudo, esmeralda, fucsia, jade, lavanda, leonado, lila, malva, oro, púrpura, salmón, sepia, terracota, turquesa y zafiro «no son colores» para la mayoría de los hombres consultados. «Son una trampa para acabar comprando cosas que ya tenemos “pero en este tono no”», reclaman.