Todo comenzó con un «a que no hay huevos» en el patio del colegio
Nadie pudo prever, el pasado jueves 10 de mayo, las consecuencias de una mirada acerada y largamente sostenida. Los profesores del Centro educativo con sección bilingüe del municipio leonés de Riaño pasaron por alto lo que empezó siendo una provocación y terminó convirtiéndose en un desafío.
«Había sido el cumpleaños de Pedrito», nos cuenta una de las cuidadoras, «y como le habían regalado el barco pirata de Playmobil, lo llevó a clase para enseñárselo a Benjamín. Parece que ya lo habían hablado el miércoles». Varios profesores confirman que vieron a los niños detrás de la cancha de minibasquet y que «los dos querían ser Jack Sparrow».
Todo comenzó poco antes del final del recreo. Víctor Herrero había prometido meses antes llevar la estación de bomberos para enseñársela a Benjamín, que es muy fan de todos los productos Playmobil. Pero nunca llevó la estación al colegio y muchos compañeros empezaron a especular que a Víctor en realidad le habían regalado unos Airgam Boys del chino.
«¡A que no hay huevos!»
«Ese barco es una castaña pilonga y tiene menos flota que Andorra», le soltó Víctor a Pedrito. Y parece que fue en ese momento cuando acompañó sus palabras con esa famosa mirada acerada y largamente sostenida, esa mirada que empezó siendo una bravata y terminó transformándose en un duelo. «Con este barco llegamos este y yo al Duero», terció Benjamín.
Ese era el momento que Víctor estaba esperando y se jugó el órdago: «¡A que no hay huevos!». Se hizo el silencio en el patio del colegio de Riaño y en la escena siguiente ya aparecieron los dos niños iniciando la navegación, en la orilla del Esla a la altura de Las Salas. Víctor Herrero había medido mal.
Dos meses después, los niños están a punto de completar su singladura y sus padres están deseando verles de nuevo en casa. «Para su próximo cumpleaños nos han pedido la estación espacial, pero creo que vamos a comprarles una peonza y el juego de la rana», han declarado sus madres.