Renovarse o morir. Esa parece haber sido la máxima de la multinacional para seguir ganando enteros a la hora de situarse como líder en el mercado de fabricación de aerogeneradores en busca de una producción de electricidad más limpia y respetuosa con el medio ambiente.

«Nada más limpio que un molinillo de papel. Y además reciclado» asegura Julián Garbí, director de estrategias industriales de la empresa. «Nuestro principal objetivo es democratizar el uso de los generadores de energía eólica de manera que puedan instalarse fácilmente en los hogares de los ciudadanos, y el molinillo de papel es la solución perfecta».

El objetivo de Vestas es que cada balcón, ventana o tejado pueda instalar estos pequeños dispositivos para poder auto abastecer las necesidades domésticas de las familias. «Por lo menos para cargar el móvil y la tablet van de sobra. Luego ya el resto de electrodomésticos y sistemas de iluminación tendrían que enchufarse normal, que el molinillo da para lo que da».

Será Villadangos la planta principal para la producción de los molinillos, que saldrán al mercado en 2019 con tres diferentes tamaños y en tonos rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta en honor a los colores de la bandera LGTB.

Mata suegras para las protestas

La investigación que la compañía ha desarrollado sobre cómo utilizar el aire para producir energía ha dado con otro producto revolucionario; el mata suegras, que ha optimizado con una boquilla de aluminio para hacerlo más resistente a los mordiscos y emitir un sonido «más afrutado».

«La energía ni se crea ni se destruye sino que se transforma, y en este caso el aire lo transformamos en sonido. Así, llegado el caso de que los trabajadores nos planeen una huelga, protesta o manifestación, por lo menos los mata suegras que sean de la casa», aseguran.