Nacido en Cerezales del Condado, Marcial Pereira lleva a sus 28 años de edad el orgullo de ser el primer -y único- leonés al que todo lo que sucede en León y provincia le parece bien. No sólo no se queja, sino que ha aprendido a verle siempre el lado positivo a las cosas que aquí suceden. 

Sus primeros años en la escuela los pasó en el Colegio Ponce de León, «donde aprendí a llevar lo leonés ya en el día a día desde que entraba por la puerta». Allí Marcial ya destacaba por ser un niño amable y condescendiente. «Le decías, Marcial siéntate aquí, y el chaval allá que iba. Marcial, ayúdame con la pizarra, y él “ni mu” y a limpiar. Nunca le oímos una queja por nada pero tampoco reparamos demasiado en el tema» confiesa Maribel, una de sus profesoras.

Marcial continuó sus estudios en el Instituto Legio VII, en el que siempre destacó por sus buenas calificaciones. «Recuerdo, ya en el instituto, una ocasión en la que nos querían poner un examen sorpresa. Toda la gente se le echó encima al profesor, pero a me preguntó a mí y como me parecía bien, al final terminamos haciéndolo. La gente me empezó a mirar raro desde aquel día, pero debía ser porque no les gustaba demasiado mi flequillo así que yo siempre les saludaba con una sonrisa».

Tras finalizar sus estudios de Graduado Social, Marcial se encuentra ahora en paro. En una provincia en la que para muchos las oportunidades laborales escasean, está convencido de que tarde o temprano el trabajo llegará. «A mi me sirve cualquier cosa. Estoy ya pensando en echar el currículum para alguna de las tiendas que quieren abrir en el centro comercial que van a hacer en La Granja, y así ir tirando mientras salga otra cosa. También hay polémica con ello porque te metes en blogs y redes sociales y siempre ves a la gente protestando, unos a favor, otros en contra… Pues si van y lo construyen con la mejor intención del mundo, ¿cómo voy a quejarme?».

Por su parte, el Instituto Leonés de Antropología planea llevar a cabo una serie de estudios a Marcial dado el carácter extraordinario del joven en una provincia en la que, por unas cosas o por otras, la gente siempre tiene algo de lo que quejarse. «No es que sea conformista, sino que siempre le veo el lado positivo a las cosas. Por ejemplo, lo del tren de FEVE y las obras que está ahora con tanta polémica… Cómo no van a querer vender humo, ¡si son trenes! -bromea-. Pues hombre, seguro que acaban haciéndolo, démosle un tiempo ya verás como lo terminan», vaticina.

La sorpresa ha llegado en los últimos días, pues según hemos podido conocer, el Ayuntamiento de León se plantea nombrar a Marcial como “embajador de lo leonés en el más allá”, una distinción que le brindará la oportunidad de seguir expandiendo el universal -y para algunos ya cansino- “León está de moda” con ese carácter tan abierto y bonachón que le caracteriza. «Es un fenómeno» asegura, risueño, Antonio Silván.