Una cascada de dimisiones en el departamento de Biología de la Universidad de León inunda los pasillos de la Facultad de Veterinaria después del escándalo destapado durante el fin de semana.

«Ni me fijé», reconoce Isabel Márquez que lleva dos años intentado cruzar a dos mastines machos. Ordoño y Guzmán, que así se llaman estos atormentados perros, han sido llevados a un albergue canino con evidentes síntomas de estrés.

A todos nos ha pasado

Parece que las llamativas diferencias de los genitales entre perros y perras no llamaron la atención de esta bióloga leonesa. «Yo pensé que andaban desganados… todos hemos tenido una mala noche, ¿no?», ha declarado. Y rechaza la acusación que se ha filtrado de estar intentando alargar su beca.

«Si hubiera sabido… otro gallo cantaría», se disculpa Isabel con un refrán muy ligado a su especialidad. Su tesis de fin de carrera estudia la influencia del cambio de hora en el comportamiento del canto del gallo de corral.

Mientras, la división animalista de “Hazte Oir” ya ha puesto el grito en el cielo. Acusa a la ideología de género y al heteropatriarcado de este fallo. «Detrás de “supuesto error” hay un intento de deconstrucción social en el reino animal», han comentado.

«Pronto las ratas estarán en la cabeza de la pirámide alimenticia gracias al sistema de cuotas», nos avisan.