«Vamos a ponérselo difícil a los independentistas», ha comentado el presidente del Gobierno. Mariano Rajoy ha decido tomar las riendas de la crisis catalana con un paquete de cinco medidas «que demuestren la firmeza del estado» contra los partidos independentistas.

La primera medida será obligar a Roger Torrent a sacar un cinco para permitirle formar gobierno. «Y aunque saque un seis no vamos a dejarle que vuelva a tirar», han declarado desde el PP.

Para ir retrasando los plazos, la segunda condición pasa por no contestar y hacer ver que no hay nadie en casa, cuando llamen al timbre de La Moncloa. «Tampoco vamos a coger el teléfono, que está todo pensado», avisan.

Otra de las ideas es interrumpir las comunicaciones de los partidos que «quieren romper España». «Ya hemos contactado con varias teleoperadoras para que les llamen a todas horas ofreciéndoles ofertas en sus tarifas telefónicas», nos informan. «Y los días de pleno, hasta de noche les van a llamar». Estudian, además, cambiarles la “b” y la “v” en los teclados.

La cuarta medida se centrará en detener la actividad de los Comités de Defensa de la República. «Actuaremos con contundencia contra los CDR», han afirmado fuentes del PP. «Vamos a colocar semáforos, que pensamos poner siempre en rojo», nos han desvelado.

La última de las medidas pasa por llevar a Chicote a los plenos del Parlament para supervisar los procesos parlamentarios. «Alucino pepinillos», ha declarado el chef, muy dispuesto. «Me cago en la puta que parió a Panete, eso lo arreglo yo aunque está más duro que Ironman».