Las piscinas de Valencia de Don Juan reúnen cada año a miles de personas en busca de diversión durante los meses de verano. Sin embargo hay días en los que la alta afluencia no permite disfrutar al 100% de las instalaciones y ya hay quien busca soluciones para no quedarse sin sitio en alguna de sus atracciones acuáticas.

Es el caso de Ramón Compuerta, un vecino de Mieres que se encuentra de vacaciones en Coyanza y ha sido sorprendido la pasada madrugada junto a la piscina de olas por el equipo de seguridad.

«Estábamos haciendo la rutina de las 3 de la mañana cuando nos percatamos de que había un cuerpo en una zona conocida como la playa. Al acercarnos pudimos verle durmiendo tapado con una toalla y con la cabeza descansando sobre una tartera de comida. Tuvimos que sacarlo de allí» informa uno de los vigilantes.

Compuerta ha tenido que prestar declaración en las dependencias de la benemérita tras ser desalojado. «Vengo unos días de vacaciones aquí y lo único que quiero es poderme montar en la boya esa. No me fastidies, hacerme declarar por esto, que no es para tanto» mantiene.

La piscina de olas es una de las atracciones más demandadas del complejo y cuenta con un sistema de producción de olas a través de una boya a la cual los bañistas pueden subirse con singular destreza.

«Llevo todo el invierno en el garaje entrenando con un juego de barras fijas y cuerdas para subirme a la boya y todavía no he podido pasar de la zona que no cubre con esta pila de gente. Además tengo a la jefa todo el día pendiente viendo si me subo o no y ya se está empezando a cansar».

Ramón asegura que no cesará en el empeño de conseguir llegar a la boya y dedicarle la hazaña a su compañera.

«Yo aquí he venido a tomar el sol, pero Mon está tan ilusionado con la boya esa que no me deja ni tumbarme porque quiere que le haga una foto cuando se suba» asegura Miriam. «A ver si le dais un pase VIP o algo, que entre las tormentas y el equilibrista este que tengo por novio todavía vuelvo a Asturias más blanca de lo que vine.»