Tras años de papeleos, iniciativas e inversiones en torno a un proyecto de estación de esquí en la zona del puerto de San Glorio, todo parece haber llegado a su fin con las últimas declaraciones del santo en cuestión.

«Desde los años 1980 llevan dándole vueltas a una estación de esquí aquí y no hay tu tía. Que si unos telesillas por aquí, otros por allá… todo un ful. La verdad es que a mi nunca me han preguntado, porque ciertamente, he de decir que odio la nieve y el frío. Quizás si hubiesen empezado por ahí se hubieran ahorrado bastante tiempo y pasta» aclara San Glorio, convencido de que ahora de una vez por todas le «van a dejar tranquilo».

Los proyectos iniciales nacieron de emprendedores de la misma zona bajo el nombre de Esla 2002. Posteriormente a mediados de los años 1990 nuevos empresarios trataron de lanzar el proyecto pero nunca llegó siquiera a iniciar su tramitación. Finalmente a partir del año 2002 se retomó bajo la idea de una gran estación que finamente se vio truncada en el 2014 tras varios años de estudios e inversión.

«Son muy pesados, porque a mí lo que me presta es el veranito con todo esto verde. La gente viene en manga corta y bermudas y no veas lo que disfruto viendo piernas al aire, sobre todo las de las chicas, ¿eh?. Luego llegan las vaquitas a pastar y me dejan todo esto como una alfombra donde sentarme a tomar unas cervezas cuando cae la tarde, bañarme en el río… Eso sí que es vida no andar tirándose por las cuestas con nieve hasta la cintura, hombre, por Dios, eso es matador», exclama.

El Santo disfruta compartiendo anécdotas con otros personajes del santoral. «Quedo mucho con San Isidro, que es muy colega porque somos los dos montañeses que nos gusta andar por las alturas. Y claro, él es otra cosa porque sí que le va eso del esquí y me cuenta muchas aventuras de su estación y todo el turismo que tienen. Pero yo ya te digo que aquí me he cerrado en banda. Ahora andan con unas orugas subiendo por las montañas y tirando gente por ahí que como me den mucho el coñazo les doy carpetazo pero vamos, en cero coma».

Este verano del 2016 se presenta excepcional para el Santo. «La semana que viene he quedado con Santo Toribio, que es otro amigo que vive al otro lado de la montaña y vamos a pasar unos días a tope. Creo que se viene también Santa Marina, la de Valdeón, verás que cachondeo».